Weinlandhaus se encuentra en Colera

Colera es uno de los puertos más tranquilos de toda la Costa Brava. En contacto directo con la naturaleza, poco urbanizado y a pocos kilómetros tanto del Cabo de Creus como de la Costa Roja francesa, este pueblo tiene muchos adeptos precisamente por su ambiente calmado y familiar incluso en pleno verano.

En Colera da la sensación de que el tiempo pasa más lentamente que en ningún otro lugar. De hecho, a pocos kilómetros del centro se encuentra la antigua aldea de Molinàs, hoy deshabitada, y a la que se puede acceder en una bonita excursión a pie por el valle que va de la montaña al mar.

Este entorno rural se une además a las diversas calas que jalonan la costa de Colera, situada entre los pueblos de Portbou, al norte, y Llançà, al sur. En total se contabilizan hasta 10 playas, algunas de ellas de gran valor natural con presencia de posidonias en su fondo marino, como es el caso de la Playa Rovellada, y otras de gran valor histórico como la Playa de los Muertos (Platja dels Morts) donde, como su propio nombre indica, solemnemente se trasladaban en la antigüedad a los difuntos en barca para enterrarlos en el cercano camposanto.

Colera se encuentra también conectada por la línea de ferrocarril que une Barcelona con Francia, cuyo apeadero se encuentra justo frente a la Playa d’en Goixa, donde también encontramos el conjunto escultórico de arte moderno y mirador Art Parc.