Villa Carolina se encuentra en Palamós

Palamós se encuentra situada en la parte norte de la bahía a la cual da nombre. En esta bahía es frecuente la práctica de la vela, la natación y el windsuft, entre otras actividades náuticas.

El corcho y la pesca han sido tradicionalmente las principales actividades económicas de la villa, al menos hasta la segunda mitad del siglo XX. De hecho, actualmente, la pesca continúa siendo una actividad de primer orden, dado que su puerto, alrededor del cual se desarrolla una intensa actividad, continua siendo el principal mercado pesquero de toda la Costa Brava.

En todo Palamós se respira pesca. Situado en una gran bahía, es el principal puerto pesquero de la Costa Brava. Las competiciones de vela, la procesión marítima de la Virgen del Carmen (patrona de los pescadores) y las populares gambas hacen honor a esta capital de la pesca.

Con dos grandes puertos (el deportivo y el pesquero), el casco antiguo se construyó en un saliente rematado por la Punta del Molí, donde se encuentra el faro. No dejéis de visitar la lonja de pescado cuando barcos y gabarras regresan del mar. Y el Museo de la Pesca, único en su especialidad.

Palamós cuenta con un centro histórico muy interesante: la iglesia de Santa Maria, de estilo gótico tardío, cuya puerta procede de los siglos XII y XV. Por otra parte, cuenta con una estructura turística muy avanzada, con una importante oferta de restaurantes, bares, clubs náuticos, teatros, hoteles y pensiones.

Alrededor de Palamós encontramos algunas de las mejores playas de toda la Costa Brava. Entre todas probablemente destaca Es Castell, al norte, un playa prácticamente virgen que, en los años 90, gracias a la oposición de la plataforma vecinal “Salvem Es Castell” forzó un referendum en el pueblo a partir de la decisión del cual se mantuvo virgen este paraje, amenazado por el urbanismo. En Es Castell se conserva, además, un yacimiento ibérico al aire libre situado en un promontorio encima del mar, en una situación privilegiada e idílica.

Desde Es Castell comienza un precioso camino de ronda que conduce a otras calas de enorme belleza en la Costa Brava: s’Alguer, Cala Margarida y la Fosca, una bonita playa caracterizada por la gran roca negra que la preside en medio.

La vitalidad turística y cultural es enorme en esta acogedora ciudad, por lo que los interesados en conocer su oferta harán bien en pasarse por su oficina de turismo y apuntarse a las visitas guiadas que se organizan a través del pueblo dando a conocer su historia y sus curiosidades.