Melis III 1 se encuentra en Pals

El escritor catalán Josep Pla decía que, cuando pasaba por Pals, tenía la sensación de que se la servían en una bandeja.

Y lo afirmaba porque este pequeño y antiguo nucleo situado en la cima de una pequeña colina, el Puig Aspre, aparece desde la distancia como un promontorio en medio de la planura del Ampurdán.

El pueblo, que cuenta con unos diez mil habitantes aproximadamente, está a su vez constitudo por tres núcleos: el que conocemos como centro histórico de Pals, otro conocido como los Masos de Pals (entre el mar y el primero) y, finalmente, Playa de Pals. Esta variedad de paisajes interior y costero hace de Pals uno de los pueblos más curiosos de la Costa Brava. Su nombre también lo es, dado que proviene del latín Palus (pantano), y hace referencia a la gran cantidad de terrenos pantanosos que alberga, hoy aprovechados para el cultivo del arroz. Construido en lo alto de la colina del Pedró, con vistas de 360 grados a la llanura (id al mirador Josep Pla), es uno de los núcleos medievales mejor conservados de Cataluña, con la iglesia góticay las murallas.

El centro histórico de Pals es uno de los más cuidados de toda la Costa Brava, si no el que más. Una profunda restauración arquitectónica han ello de este pequeño centro medieval amurallado un auténtico museo al aire. Caminar por sus empedradas y cuidadas calles es todo un placer que se puede disfrutar tanto en pareja como en familia. El centro es además conocido por su número de restaurantes de categoría especializados en la comida regional ampurdanesa. En el centro de Pals no hay que perderse ni la conocida como Torre de les Hores, originaria de los siglos XI y XII, cuyo nombre proviene del hecho que antiguamente daba las horas.

Junto a esta torre se encuentra el Mirador Josep Pla, denominació literaria proveniente del que, probablemente, sea el mirador más querido por el escritor ampurdanés, tal y como testimonia en diferentes lugares de su obra. Y también en el centro histórico de Pals se encuentra la iglesia originalmente románica de Sant Pere (San Pedro), de 994, a la cual posteriormente, en sucesivas restauraciones, se le han añadido elementos góticos y barrocos.

Por su parte, la Playa de Pals, rodeada de dunas a lo largo de más de tres kilómetros y medio, y cubierta de una arena fina y dorada, es un inmenso terreno que permite tomar el sol, relajarse en familia. Encontramos en ella instalaciones para la práctiva del voley-ball, lavabos, chiringuito y, en la parte derecha, hacia el sur, la Platja de l’Illa Roja, que permite la práctica el nudismo. Las actividades que se llevan a cabo en la Playa de Pals son multiples: desde curso de vela, hasta windsurf pasando por el alquiler de patines acuáticos, y todo ello frente al paisaje caracterizado por las Islas Medas, que se encuentran en la parte izquierda del horizonte del mar. En verano existen una linea de autobús que lleva desde el centro de Pals hasta su playa.

Pals es uno de los pueblos de la Costa Brava que mayor números de actividades al aire libre permite. Además de las relacionadas con el mar, es aconsejable pasear en bicicleta o a pie por los campos de arrozales de Masos de Pals, que permiten observar el cultivo de la variedad de arroz Bomba, denominación de origen de la localidad. Existe un centro de información turística en la zona que informa sobre las posibilidades turísticas de las Basses d’en Coll, zona donde se lleva a cabo el cultivo.