![Hotel Marbella](/uploads/hotelmainimages/29711383.jpg)
Hotel Marbella , 40 habitaciones
Desde: Hasta: Fechas libres
El Hotel Marbella, situado en Roses, cuenta con una piscina exterior rodeada de jardines, conexión Wi-Fi gratuita en las zonas comunes y habitaciones sencillas con terraza amueblada. La playa de Santa Margarida queda a tan solo 300 metros.
El Marbella está ubicado en una tranquila zona de Roses y tiene vistas al golfo de Roses y al parque natural de los Aiguamolls de l'Empordà. El centro de Roses se encuentra a 2 km de distancia.
El Laguna, el restaurante del hotel, sirve cocina mediterránea e internacional. Todos los días se sirve un desayuno buffet continental ligero.
Las habitaciones del Marbella presentan una decoración funcional y cuentan con ventilador, caja fuerte, suelo de baldosa y mucha luz natural.
Hotel Marbella se encuentra en Roses
Al sur de la Albera, la Costa Brava se abre a la bahía de Roses: una amplia entrada de mar de 15 kilómetros con largas playas de arena y marjales. El límite septentrional es la península del cabo de Creus y el meridional, el macizo del Montgrí.
A ambos extremos de la bahía, Rhode y Emporion fueron la puerta de entrada al país de la cultura griega. Una y otra han dado lugar a dos importantes núcleos turísticos: Roses al norte y L’Escala al sur.
Roses es la encantadora localidad marinera del Alto Ampurdán que da la bienvenida a sus visitantes a las puertas del Parque Natural del Cap de Creus.
Los orígenes de Roses se remontan nada más y nada menos que al siglo VIII a.C., con la llegada y fundación por parte de los rodios, procedentes de la isla griega de Rodas. De ahí recibe su nombre. Los intercambios comerciales y la ocupación romana han hecho de este enclavamiento un crisol de culturas que explica el talante de una población muy moderna, abierta, activa y generosa.
Los atractivos turísticos de Roses son muchos, y de diversos tipos. Frente a las excelentes paisajes naturales que ofrecen sus calas: Montjoi, Cala Canyelles, Cala Jóncols, Cala Murtra, Cala Lledó, Cala Rustella, etc. destaca un turismo cultural de enorme interés mediante la ruta de los dólmenes (el dolmen Creu d’en Cobertella, Llit de la Generala, Cap de l’Home, Casa Cremada), el Museo de la Ciudadela, el castillo de Santa Trinitat, el Faro de Roses, etc. Roses posee además el puerto pesquero más importante de la Costa Brava norte.
La oferta cultural, tradicional y deportiva de Roses es muy variada, e incluye conferencias, festivales de rock y blues, exposiciones, conciertos de diversos tipos de música, etc. En pleno verano el pueblo acoge uno de los principales festivales de música de la Costa Brava: el de Sons del Món (Sonidos del Mundo).
Su puerto pesquero, uno de los más activos de la Costa Brava, invita a un paseo por la tarde, cuando las gabarras regresan acompañadas por las gaviotas.
Sus terrazas piden charla y el recinto patrimonial de la Ciutadela, una visita tranquila. Es un inmenso baluarte que Carlos v, en el siglo xvi, ordenó edificar para proteger la zona de los ataques piratas. En su interior conserva los restos de la colonia griega de Rhode, del siglo iv a. C., y el monasterio benedictino de Santa Maria. En Roses se practican todos los deportes de mar, en las playas de arena fina del pueblo y también en las calas de la Almadrava, Montjoi y Jòncols.
Si le interesa la naturaleza y los paseos Rosas le ofrece recorridos bien señalizados y accesibles, en un medio natural excepcional fruto de la combinación de mar y montaña.
La costa de Roses está repleta de contrastes. Cuenta con acantilados juntos al mar, aunque también con calas tranquilas de aguas transparentes, de arena fina y aguas poco profundas, lo que proporciona unas condiciones ideales para la práctica de deportes nauticos como el kayak, la pesca, la vela, el windsurf, parapente, etc. Por todas estas razones la diversión en familia en esta localidad a los pies del cabo de Creus está garantizada.
El destino de Roses ha estado ligado en los últimos años a la figura gastronómica del excelente cocinero Ferran Adrià, de gran reconocimiento mundial por su cocina innovadora. Su célebre restaurante, El Bulli, situado en la paradisíaca Cala Montjoi, ha pasado a ser la Fundación El Bulli, un centro de investigación culinaria.