Daro se encuentra en L'Escala

L'Escala es la localidad costera de la Costa Brava reconocida internacionalmente por sus anchoas. Varias productoras, de diferentes niveles artesanales, venden la importante producción que elaboran en el propio pueblo y sus alrededores.

L'Escala surgió en el siglo XVI como un pequeño puerto de pesca entre las playas de Empúries y la de Riells, de manera dependiente de la por entonces ciudad de Empúries, ocupada antiguamente por los romanos y griegos. El nombre del pueblo proviene del topónimo Scala, el antiguo nombre utilizado para designar su puerto. Ya en el año 1766 L'Escala obtiene su estatus independendiente como villa y se convierte en capital de provincia gracias a su importante aduana marítima, su pesca y la exportación que lleva a cabo de vino y pescado salado.

En el siglo XIX l'Escala aún mantiene una economía basada en la pesca y la viña, hasta que un nuevo fenómeno aparece en la región: el turismo. A partir de 1960 ya son muchos los visitantes cautivados por la belleza de l'Escala, sus playas, su cultura y sus tradiciones.

La especialidad gastronómica de la localidad son las anchoas con pan y tomate, consistente en degustar pan tostado sobre el que aplica tomate del Ampurdán y se le sobreponen los filetes de anchoas saladas. Cada mes de septiembre se celebra la Fiesta de la Anchoa, en la que se organizan banquetes populares de degustación de este típico y exquisito pescado.

L'Escala posee el Museo Arqueológico más importante de toda Cataluña. Alrededor de él se encuentran las Ruinas de Ampurias, un yacimiento arqueológico de primer orden sobre las culturas griega y romana.

Otro de los atractivos turísticos de l'Escala es su cementerio marino, muy cercano al paseo marítimo (el cual a su vez permite recorrer las principales playas de la localidad y observar el monumento dedicado a los marineros). Situado detrás del Hotel Nieves Mar, a pocos metros del mar, este peculiar cementerio acoge la tumba de una de las escritoras más internacionales de la literatura catalana: Caterina Albert, quien en el siglo XIX firmaba bajo el pseudónimo de Victor Català, a causa de los prejuicios de su época.

En el centro de l'Escala se encuentra su barrio antiguo y, cerca, el Puig del Pedró, un montículo que conserva todavía una torre de vigilancia contra la piratería, desde la cual se puede observar todo el golfo de Roses, con los Pirineos detrás, en segundo plano.