Hotel Coll se encuentra en Torroella de Montgrí

El centro histórico de Torroella, formado durante los siglos XIII y XIV, es un excelente ejemplo de construcción clásica de campamento romano. El pueblo se encuentra a los pies del imponente Montgrí, la montaña calcárea llena de grutas, como la del Cau del Duc (la Cueva del Duque), donde los pobladores de la zona encontraron cobijo desde hace 300.000 años.

Bajo el municipio de Torroella de Montgrí, en el centro de la Costa Brava, encontramos tres núcleos diferenciados: el centro mismo de Torroella, l'Estartit (en la costa) y las famosas Islas Medas, visibles desde prácticamente cualquier punto del centro de la Costa Brava.

Al pie del Montgrí, Torroella, donde el rey Juan I pasaba temporadas durante el siglo xiv, posee monumentos de gran riqueza: el Palau lo Mirador, las murallas, la torre de Les Bruixes, la plaza mayor, las casas señoriales y la iglesia gótica de Sant Genís, marco del conocido Festival Internacional de Música. Hay un curioso Museo del Mediterráneo (Can Quintana), que cuenta con una importante colección de pintura contemporánea. 

Torroella se convirtió en villa real en 1273, momento en el cual se crea la planta urbana octogonal en la que confluyen sus calles. En esa disposición confluyen las cuatro grandes calles que forman sus ejes: la calle Major, Primitiu Artigas, Ullà y la calle de l'Església, que se cruzan en la Plaza de la Villa, una elegante plaza porticada donde resalta la fachada del Ayuntamiento, de los siglos XV y XVI. Es a lo largo de las calles de l'Església y Major donde se encuentran los edificios de mayor valor arquitectónico de la localidad, gran parte de ellos construidos entre los siglos XV y XVII, como la Casa Hospital, el Palacio Solterra, la Casa Sagué o la Casa Pastors. Encontramos también dos casas de estilo colonial, que nos recuerdan la época del siglo XIX en la que diversos habitantes de Torroella de Montgrí hicieron las Américas (fundamentalmente Cuba).

A partir del centro de Torroella podemos comenzar diversas rutas a pie por el espacio natural del macizo del Montgrí. De hecho este conjunto de montañas representa el epicentro de ambos Ampurdán, el alto y el bajo, algo así como un "botón de rueda", tal y como lo definió el escritor Josep Pla. Este macizo se extiende sobre 2300 hectáreas y tiene 8 km de longitud, y desciende de manera abrupta sobre l'Estartit, siendo su último promontorio allí la Roca Maura, de 200 metros de altitud, imponente sobre el puerto de la localidad.

La ruta más famosa es aquella que nos lleva al Castillo de Montgrí, situado a 303 metros sobre el nivel del mar y visible desde casi cualquier punto de la localidad. Construido en 1294 por Jaime II por motivos estratégicos en el conflicto existente entre los condados de Barcelona y de Ampúrias, finalmente las obras se detuvieron en 1301 debido a la consolidación del poder del primero en el enfrentamiento. Nunca más volvió a retomarse su construcción. Sin embargo, nos ha dejado una estructura exterior excelentemente configurada por unos muros muy bien definidos. Las vistas panorámicas desde el castillo (al cual se puede subir gratuitamente) son incomparables, probablemente de las mejores de toda la Costa Brava, dado que ofrece unas vistas del Alto y el Bajo Ampurdán.

En el camino que nos conduce hasta la cima encontramos hasta tres capillas, alguna en ruinas, que sirvieron a los devotos de la virgen durante los siglos pasados, la más conocida de ellas la de Santa Catalina.

Quien realice este recorrido hasta el castillo no debe perderse la cueva del Cau del Duc, situada en el lado sur del macizo (debemos tomar un desvío en plena subida al castillo para verla), a unos 200 mts de altitud. El nombre debe su origen al ave rapaz que anidaba en el Montgrí, el gran duque. La cueva se formó a partir de la filtración del agua, que disolvió la piedra calcárea.